La leishmaniosis es una enfermedad parasitaria producida por un protozoo llamado Leishmania Infantum. Se transmite mediante la picadura de un mosquito del género Phlebotomus, que una vez que ha picado a un animal enfermo, transporta en su interior las leishmanias y las transmite a otro animal sano cuando le pica.

No se transmite por:

  • Contagio directo.
  • Secreciones.
  • Orina y heces.
  • Heridas.

Se trata de una enfermedad grave que afecta al perro y otras especies como ratas, zorros, lobos. Ocasionalmente podría afectar también al hombre.

El contagio se produce en los meses cálidos, desde Abril hasta Octubre, dependiendo de las zonas, pues es la época en la que existen más mosquitos.

La Leishmaniosis es una enfermedad lenta y crónica. Los perros afectados pueden presentar algunos de los siguientes síntomas:

  • Adelgazamiento progresivo.
  • Apatía. Debilidad.
  • Atrofia muscular progresiva.
  • Lesiones cutáneas como úlceras, heridas que no cicatrizan, piel seca, descamación y pérdida de pelo.
  • Hemorragias nasales.
  • Cojeras.
  • Lesiones oculares.
  • Otras.

Algunos animales pueden ser asintomáticos durante períodos de tiempo variable.

La aparición de síntomas varía según los casos dependiendo del sistema inmunitario del perro, puede variar de meses a años, pudiendo el animal por tanto permanecer asintomático durante un largo periodo de tiempo desde la infestación.

El diagnóstico de la enfermedad se realiza mediante análisis de sangre, biopsia de piel o citología de médula ósea, pruebas que cotidianamente se realizan en las clínicas veterinarias. Aconsejamos realizar estas pruebas diagnósticas a partir de los meses de Enero-Febrero posteriores al verano del posible contagio, puesto que antes, aunque exista la enfermedad, puede no detectarse.

Existe tratamiento sintomático pero no curativo, que será tanto más eficaz cuánto más precozmente se instaure.

Por eso es fundamental detectarlo lo más precozmente posible, pues es la forma de tener ciertas garantías de que el tratamiento tenga éxito.

La incidencia de la Leishmaniosis está aumentando en gran medida en los últimos años. Por este motivo, en nuestro centro realizamos anualmente durante (CONCRETAR FECHAS) una campaña preventiva de análisis para saber si las mascotas son o no portadoras de la enfermedad, en especial a aquellos perros que están o pasan sus vacaciones de verano en zonas de riesgo: playas y zonas de ríos, lagos, pantanos o que hayan estado cerca de aguas estancadas y/o vertederos.

En la Comunidad de Madrid las zonas de mayor incidencia son: Río Manzanares y zonas próximas, Corredor de Henares (Alcalá de Henares, Azuqueca de Henares) y Boadilla del Monte.

Hasta ahora la única prevención consistía en desparasitar externamente al perro con frecuencia. Afortunadamente, hoy ya existe una vacuna para ayudar a prevenir la enfermedad.

En caso de que los resultados del test sean positivos, es decir, que el perro ya esté contagiado, cuanto antes se inicie la terapia con el animal, más efectiva resultará.

Si el test es negativo, dada la gravedad de la enfermedad recomendamos la vacunación en todos los casos puesto que la probabilidad de que el perro desarrolle la enfermedad estando vacunados es mucho menor.

La vacuna puede administrarse a partir de los seis meses de edad: el programa completo de vacunación consiste en tres dosis administradas a intervalos de tres semanas entre una y otra y proporciona una defensa interna prolongada contra la enfermedad. Posteriormente solo se necesitarán revacunaciones anuales para mantener la protección inmunitaria del perro.